¡Thug Rose: La Patroncita del Octágono Que Dejó a Maverick con la Pata Floja en Atlanta!

 Hoy les voy a echar el chismecito de una bronca que se puso buenísima en el octágono, de esas que te dejan con el ojo cuadrado y el corazón a mil por hora. No crean que es cualquier pleito de cantina, no, señor. Estamos hablando de la UFC, el mero mole de las artes marciales mixtas, donde los trancazos van en serio y no hay lugar para los miedos. Y la protagonista de nuestra historia, la mera mera que se llevó la noche, es ni más ni menos que la "Thug Rose", o sea, Rose Namajunas, una güerita que, aunque parece que no rompe un plato, a la hora de los guamazos te deja viendo estrellitas.

Rose Namajunas / Miranda Maverick (imagen: https://x.com/TotalPelea)

La ciudad de Atlanta, Georgia, con su ambiente de fiesta, pero en la State Farm Arena el rollo era otro. Ahí, la tensión se cortaba con un cuchillo, porque se venía el co-evento estelar de la noche, el UFC Atlanta, también conocido como UFC on ESPN 69. Y en este agarrón, se enfrentaban dos gallonas de primera: nuestra ya mencionada "Thug Rose" contra una morra que le apodan "Fear The", o sea, Miranda Maverick. Y pa’ que se den un quemón, el apodo de "Miedo" no le venía de a gratis, porque la chavala, con todo y sus aires de ruda, tenía su historial de dar pelea.

Desde que sonó la campana para el primer round, el ambiente se prendió. La Rose, con su estilo bien definido, empezó a soltar su jab, ¡un jab que, les digo, era como un piquetito de alacrán! Con eso, la Namajunas empezó a marcar su territorio, a medir la distancia y a avisarle a la Maverick: "Aquí estoy, y vengo con todo, mi ciela". Pero la Maverick, que no era ninguna novata ni se quedaba con los brazos cruzados, le respondió con una patada baja que, aunque no la mandó a la lona, sí le hizo sentir el rigor del encuentro a la Rose. Eran los primeros minutos y ya se veía que esta no iba a ser una pelea para los que tienen el sueño ligero. Cada golpe, cada movimiento, cada esquivada era un ajedrez de golpes y estrategia. Las dos se estaban estudiando, echándose el ojo, pero al mismo tiempo lanzando sus mejores golpes, como si fuera un baile peligroso donde el que pestañea pierde.

Y así nos fuimos al segundo asalto, que, ¡ay, mis cuates!, este fue el round que nos dejó a todos con la boca abierta y con un nudo en la garganta. La Rose, que es más lista que un zorro viejo, no se anduvo con rodeos y en cuanto vio la oportunidad, ¡pácatelas!, se lanzó sobre la Maverick y la mandó directo al piso. Una derribada de esas que te quitan el aire y te hacen ver doble. Una vez que la Maverick estaba en el suelo, la Rose no perdió el tiempo. Empezó a trabajar desde su guardia, buscando la forma de someterla, de anularla, de demostrarle quién mandaba en ese ring. No era un simple agarre, era una lucha de voluntades, un forcejeo donde cada centímetro ganado era una victoria.

Y la Rose, que es una maestra en esto de la lona, se movía como pez en el agua. De pronto, ¡sopas!, se le fue por la espalda a la Maverick, buscando el cuello, con la intención de aplicarle un estrangulamiento de esos que te hacen ver la luz al final del túnel sin necesidad de morir. La gente en la arena, ni se diga, se volvió loca. Unos gritando, otros aguantando la respiración, esperando lo peor para la Maverick, o lo mejor para la Rose, según de qué lado le fueran. Era un momento de esos que te ponen los pelos de punta, donde un segundo puede definirlo todo.

Pero la Miranda Maverick, con todo y su apodo de "Miedo", no se rajó. No sé si fue por coraje, por orgullo o porque de verdad trae el espíritu de la pelea bien arraigado, pero la morra, con una fuerza que le salió del mismísimo centro de su alma, logró zafarse de la trampa de la Rose. ¡Uff! Un suspiro general se escuchó en la arena. Y no solo se escapó, sino que, como si fuera una leona herida, se dio la vuelta y se puso encima de la Rose. ¡Ahí les va el giro de tuerca! Y ya con la ventaja de la posición, la Maverick empezó a soltar unos buenos golpes, ¡unos martillazos de esos que duelen hasta el alma!, que le cayeron a la Rose justo antes de que el round terminara. ¡Qué cierre de asalto, por Dios! Nos dejó a todos al borde del asiento, sin saber qué pasaría después, con esa emoción de no saber quién iba a llevar la delantera. Era como un volado, donde ambas ya habían dado lo mejor de sí, y el desenlace era incierto.

Rose Namajunas / Miranda Maverick (imagen: www.espn.com.mx)

Y aquí viene lo interesante, lo que le pone ese toque de drama a la historia, porque a veces, en el calor de la batalla, las cosas se ponen más feas de lo que uno quisiera. Resulta que la Miranda Maverick, la misma que se zafó de ese estrangulamiento y soltó unos buenos guamazos, ¡se llevó un recuerdo de esa noche que no esperaba! Después de la pelea, la morra reveló que, ¡aguas!, se le había desgarrado un ligamento cruzado anterior, o sea, el famoso ACL. ¡Uta! Esa es una lesión de esas que te hacen llorar a moco tendido y te mandan directo al quirófano. Y lo peor de todo es que, según ella, ¡la lesión se dio en el segundo round! Sí, en ese mero round donde la Rose la derribó y la estaba sometiendo. Imagínense el coraje, el dolor y la frustración de la Maverick. Estaba peleando con una pierna lesionada, y con todo y eso, se dio el lujo de escaparse y hasta de conectar golpes. Eso sí que es tener agallas, eso sí que es tener "huevo", como decimos aquí en México. Una verdadera guerrera, que a pesar de la adversidad, no se dobló.

Pero bueno, la vida sigue y las peleas también. Llegó el tercer round, y la Rose, que no es tonta ni perezosa, sabía que tenía que rematar. Así que le metió más presión a la Maverick, como si fuera una locomotora imparable. Empezó a soltar golpes y más golpes, ¡y unos martillazos que parecían caer del cielo! No le dio respiro a la Maverick, la traía en la esquina, bailándole un son que no le gustaba nada. Era un asedio constante, un vendaval de golpes que buscaban acabar con la resistencia de la Maverick. La Rose no se confió, no le bajó, al contrario, le echó más leña al fuego. Y la Maverick, con su pierna lesionada, hacía lo que podía, defendiéndose, intentando responder, pero el ritmo de la Rose era implacable.

Y así, mis carnales, después de tres rounds que nos hicieron vibrar, que nos tuvieron al filo de la butaca, que nos sacaron uno que otro grito y suspiro, la pelea llegó a su fin. Los jueces, que son los que tienen la última palabra, se juntaron, hicieron sus cuentas, y dieron su veredicto. Y como era de esperarse, la Rose Namajunas se llevó la victoria por decisión unánime. Las tarjetas de los jueces fueron claras: dos vieron 30-27 a favor de la Rose, y uno vio 29-28. O sea, que la "Thug Rose" se llevó los tres rounds en la bolsa, demostrando su superioridad y su astucia en el octágono.

Lo que sí, y hay que decirlo con todas sus letras, fue que la pelea, a pesar del resultado unánime, estuvo competidísima. No fue un paseo para la Rose, ni tampoco una humillación para la Maverick. Las dos se rifaron el físico, se dejaron el alma en el ring, y nos regalaron un espectáculo de esos que valen la pena ver. La Maverick, con todo y su lesión, dio un buen agarrón, demostrando que tiene con qué y que no se achica ante nadie. Y la Rose, pues ni se diga, reafirmó por qué es una de las figuras más importantes de la UFC, una campeona que no se conforma con poco y que siempre busca la excelencia.

Al final del día, esta pelea nos dejó varias lecciones. Una, que en el deporte, como en la vida, a veces las lesiones te sorprenden en el peor momento, pero el espíritu de lucha siempre debe estar presente. Dos, que no importa qué tan "Thug" seas, la disciplina y la técnica siempre te llevarán lejos. Y tres, que el público siempre agradece una buena bronca, de esas que te hacen sentir que cada boleto, cada minuto, cada grito, valió la pena. Así que, mis queridos lectores, la próxima vez que escuchen el nombre de Rose Namajunas, ya saben de qué palo viene: una patroncita del octágono que, con su "Thug" estilo, es capaz de dejar a cualquier rival con la pata floja. ¡Pura dinamita!

Y para que no digan que les ando choreando, aquí les dejo de dónde saqué la información para este chismecito sabroso:

Fuentes de Consulta:

Publicar un comentario

0 Comentarios