¡Pura Adrenalina! El Fregadazo de Topuria que Dejó a Oliveira Viendo Estrellitas

 Este sábado 28 de junio, en la arena de Las Vegas, se armó un agarrón de esos que te ponen los pelos de punta, un tiro de campeones que dejó a más de uno con la boca abierta y el chile de cabeza. Estamos hablando del mero mero, el combate entre el "Matador" Ilia Topuria y el mero-mero, Charles Oliveira. Y déjenme decirles, ¡fue un tiro que no se lo esperó ni el más picudo de los apostadores!

oliveira vs topuria (imagen: www.aljazeera.com)

Desde que se anunció esta bronca, ya se sentía en el ambiente que iba a ser un tiro de poder a poder. Por un lado, teníamos a nuestro Ilia Topuria, el español con corazón georgiano que ha venido arrasando con todo lo que se le pone enfrente. Este carnal no se anda con rodeos, va al frente y le gusta terminar rápido el trabajo. Ha demostrado ser un gallo de pelea, un tipo que no le saca y que tiene unas manos que parecen mazos. Su récord invicto lo dice todo, este vato es un depredador en el octágono.

Y por el otro lado, teníamos al "Do Bronx" Charles Oliveira, un brasileño que es una verdadera leyenda en esto de las artes marciales mixtas. Este güey es un maestro del jiu-jitsu, un tipo que te agarra en el suelo y te hace un nudo. Además, ha mejorado un chorro su golpeo y es un peligro donde lo pongan. Oliveira es de esos peleadores que ya han pasado por mil batallas y que tienen un aguante de elefante. Por eso, muchos pensaban que este tiro iba a ser una guerra de estrategias, una partida de ajedrez donde cada movimiento contaría.

La verdad es que la expectación era muchísima. Los aficionados, los expertos, los meros "gurús" de la UFC, todos estaban con el ojo pelón esperando ver qué pasaba. Unos decían que Topuria iba a seguir con su racha de nocauts, otros que Oliveira lo iba a llevar al suelo y lo iba a someter. Las apuestas estaban que ardían, y en los bares y cantinas ya se empezaban a escuchar las porras para uno y para otro. Era el platillo principal de la noche, el evento estelar que prometía fuegos artificiales.

Llegó el mero día, y el ambiente en la arena era una locura. La gente gritaba, las luces brillaban, y la tensión se sentía en el aire como si fuera un chingo de calor. Cuando Topuria y Oliveira subieron al octágono, la algarabía fue total. Se veía en sus caras la concentración, el respeto mutuo, pero también esas ganas de arrancar la cabeza al otro. Se dieron la mano, se vieron feo y el réferi dio la señal. ¡Que empiece la función!

Desde que sonó la campana, Topuria salió como toro desbocado. No perdió ni un segundo, se fue encima de Oliveira con una intensidad que te hacía pensar que traía el diablo en el cuerpo. El "Matador" es un cuate que no le tiene miedo a nada, y su estrategia siempre ha sido la misma: presionar, conectar y terminar la bronca lo más rápido posible. Y en esta ocasión, no fue la excepción.

Topuria (imagen: www.ole.com.ar)

Oliveira, por su parte, trataba de mantener la distancia, de esquivar los golpes y de buscar el momento para lanzar sus patadas o intentar un derribo. Sabía que Topuria era peligroso de pie, y que lo mejor era no meterse en un intercambio de golpes a lo loco. El brasileño intentó usar su jab, moverse por el octágono y encontrar su ritmo. Pero Topuria no le dio chance. El español seguía persiguiéndolo, lanzando combinaciones, buscando la forma de meter una mano dura que lo hiciera tambalear.

Y entonces, pasó lo que nadie se esperaba. Fue en los primeros minutos del primer round, apenas había pasado un minuto y cachito, cuando Topuria vio la oportunidad. Oliveira se movió, y en un parpadeo, Topuria conectó un golpe que sonó a trueno. ¡Pum! Un derechazo que le entró a Oliveira como si fuera pan caliente. El golpe fue tan preciso, tan potente, que el brasileño se fue al suelo como costal de papas. Sus piernas se le doblaron, su cuerpo se desplomó y la mirada se le perdió.

¡No mames! El grito de la gente fue ensordecedor. Todos se quedaron mudos por un segundo, y luego la euforia se desató. Topuria se le fue encima para rematar, pero el réferi, que es un águila, se dio cuenta de que Oliveira ya no respondía. Ya estaba más allá que para acá. Sin pensarlo dos veces, el réferi se interpuso y detuvo la pelea. ¡Nocaut! ¡Nocaut de Topuria en el primer round!

¡Qué locura, mi gente! Menos de dos minutos fue lo que le tomó a Topuria para mandar a la lona a uno de los peleadores más respetados de la UFC. Fue un nocaut fulminante, de esos que se quedan grabados en la memoria para siempre. La arena se vino abajo, la gente gritaba el nombre de Topuria, y él, con esa cara de pocos amigos pero con la satisfacción de haber hecho un trabajo impecable, levantaba los brazos en señal de victoria.

Oliveira se recuperó poco a poco, pero la decepción era evidente en su rostro. Un campeón de su talla, caer así, tan rápido, es un trago amargo. Pero así es la vida, y así son las peleas. A veces el que menos esperas te da el "cocotazo" y te baja de tu nube. La verdad es que Oliveira es un grande, y seguramente se levantará de esta. Pero en esta ocasión, Topuria fue el que le puso el cascabel al gato.

Este triunfo es algo gordo para Ilia Topuria. No solo porque le ganó a un peleador de la talla de Oliveira, sino porque lo hizo de una manera impresionante. Este nocaut lo pone en la boca de todos, lo consolida como una de las estrellas más brillantes de la UFC y lo acerca cada vez más a una pelea por el título. Topuria ha demostrado que no es un gallo más, es un verdadero "Matador", un tipo que tiene el talento, la disciplina y las ganas de ser el mejor.

Ahora, la pregunta del millón es: ¿quién sigue para Topuria? Después de esta victoria, el camino se le abre de par en par. Hay un chingo de peleadores que quisieran echarse un tiro con él, pero la verdad es que Topuria ya está en otro nivel. Lo más probable es que su próxima pelea sea por el campeonato de su división, o que se le presente la oportunidad de una súper pelea contra otro peso pesado de la UFC. Sea lo que sea, lo cierto es que Ilia Topuria ya se convirtió en una leyenda, en un tipo que dejó su huella en la historia de este deporte.

Y para todos los que somos aficionados a las peleas, este nocaut es un recordatorio de por qué nos gusta tanto este deporte. Es la imprevisibilidad, la emoción, la adrenalina que se siente cuando ves a dos guerreros entregarlo todo en el octágono. Es la demostración de que en la vida, como en las peleas, a veces un solo golpe puede cambiarlo todo. Y en esta ocasión, ese golpe fue de Ilia Topuria, el "Matador" que dejó a Oliveira viendo estrellitas y que nos dejó a todos con la boca abierta. ¡Qué fregón!

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