¡El "Natural" No Se Raja! Randy Couture, entre Fierros Ruidosos y Golpes Bajos de la Vida

En el mundo del deporte de contacto, pocos nombres resuenan con la fuerza y el respeto de Randy "The Natural" Couture. Este vato, leyenda viviente de la UFC, no solo se fajó con los más picudos en el octágono, sino que ahora, ya con sus buenos años encima, se ha aventurado a la adrenalina de las carreras de autos, demostrando que el fuego de la competencia le sigue ardiendo en las venas. Pero la vida, como buen boxeador mañoso, a veces te suelta un golpe inesperado. Y justo cuando "El Natural" se alistaba para pisar el acelerador a fondo en la pista, el destino le tenía guardada una "sorpresita" que lo mandó directito al taller.

Randy Couture (imagen: www.mmaweekly.com)

Un "Percance" a toda Máquina: El Fierro le Jugó Chueco en Kansas City

Imagínense la escena: Randy Couture, con toda la pila, listo para su debut en la National Hot Rod Association (NHRA). No es lo mismo andar a golpes con un gigantón en la jaula que domar un monstruo de acero que se mueve a velocidades de infarto. Pero "El Natural" es de esos que le entran a todo, con la misma disciplina que lo llevó a ser campeón en dos categorías distintas de la UFC. Se echó un clavado al mundo de los "dragsters", esos carros que parecen cohetes en tierra, buscando una nueva manera de sacarle jugo a su espíritu competidor. Él mismo lo había dicho: "Es un nuevo modo de hacerme cosquillas en ese espíritu competitivo que he tenido la mayor parte de mi vida".

Y pues, la cosa pintaba chido. Estaba entrenando, agarrándole la onda a su nave, una chulada de '37 Chevy Pro Mod a la que cariñosamente llamaba "Al Capone". De hecho, ya se había bajado de una carrera anterior en junio porque, con la honestidad que lo caracteriza, dijo: "Todavía no me siento cómodo. Necesito más tiempo en el asiento". Este vato no es de los que se avientan al ruedo nomás por aventarse; le gusta hacer las cosas bien, por su seguridad y la de los demás.

Pero el pasado martes, mientras le daba candela a "Al Capone" en una práctica por Kansas City, la cosa se puso color de hormiga. Las fuentes, como TMZ Sports, Yahoo Sports y Sick The Magazine, reportaron que se armó un "choque significativo". No se sabe qué fue lo que pasó exactamente, si el carro le bailó feo o qué, pero el hecho es que el "Al Capone" de Couture quedó hecho un acordeón, un verdadero desastre. Dicen por ahí que el impacto fue de esos que te sacan un susto de muerte.

Y claro, con un trancazo así, las consecuencias no se hicieron esperar. El buen Randy tuvo que ser sacado de la pista y, ni más ni menos, se lo llevaron volando, en helicóptero, a un centro de quemados cercano. Las noticias no fueron muy alentadoras al principio: quemaduras de primer y segundo grado, una buena dosis de inhalación de humo y otros traumas por el golpe. Para un peleador acostumbrado a los golpes, esto era otro rollo, un "trago amargo" que no esperaba.

Pero aquí viene la parte donde "El Natural" le hace honor a su apodo. A pesar de lo aparatoso del accidente y lo delicado de sus heridas, los reportes médicos y la esperanza de sus fans apuntan a que el buen Randy se va a poner al cien. Está bajo el cuidado de los doctores, con la esperanza de una recuperación total. Porque si algo ha demostrado este señor, es que tiene una garra que no cualquiera, un "temple de acero" forjado en mil batallas. Así que, aunque el fierro le salió respondón, seguro que Randy Couture saldrá de esta como un verdadero campeón, sin rajarse y listo para otra, si no en la pista, en lo que sea que le pida el cuerpo.

Cuando el Corazón Dio el "Chiripazo": El Susto que lo Puso en la Lona

Ahora, si creen que el accidente automovilístico fue el único "susto" que Randy Couture le ha dado a sus fans y a su propia salud, se equivocan. Antes de que los coches de carreras se le pusieran al brinco, el campeón ya había tenido su "encuentro cercano" con la mismísima calaca en octubre de 2019, cuando su corazón le jugó una mala pasada.

Imagínense a "El Natural", el vato que parecía inmune a todo, entrenando en el gimnasio, como cualquier otro día. De repente, sintió algo raro, una "molestia" que no se le quitaba. Al principio, pensó que nomás era un golpe más, de esos que te da la vida o el entrenamiento intenso. "Creí que me había zafado una costilla", dijo. Y es que el compadre, acostumbrado a los trancazos, intentó "curarse" con sus métodos, rodando la espalda y echándose su bebida recuperadora. Pero la cosa no cuadraba, el malestar no se iba y hasta vomitó. Ahí fue cuando se le prendió el foco: "Algo anda mal".

Con la misma calma con la que enfrentaba a sus oponentes más fieros, Randy se lanzó, caminando, al hospital más cercano en Los Ángeles. No anduvo con rodeos ni lamentos. Y menos mal que fue, porque lo que los doctores descubrieron fue para ponerle los pelos de punta a cualquiera: un "infarto", ni más ni menos. El corazón de "El Natural" estaba sufriendo un "golpe de estado" interno.

Resulta que tenía la sangre bien "espesa", como atole, y el colesterol un poco alto. Esos dos factores se combinaron y, ¡zas!, se le armó un "coágulo gigante" en la arteria principal, la que los gringos le dicen "widowmaker" (la viuda negra), porque es la que te manda a mejor vida si se tapa. Había habido una "ruptura de placa", y la sangre, queriendo sanar, formó un tapón que le cerró el paso por completo a la arteria. ¡Un verdadero embrollo!

Pero la cosa no se quedó ahí. Los médicos, que son unos "picudos" en lo suyo, se movieron rápido. Le hicieron un procedimiento para quitarle el coágulo y le pusieron un "stent", una especie de tubito que le ayuda a la arteria a mantenerse abierta. Fue una operación rápida, de esas que te salvan la vida en un "abrir y cerrar de ojos".

Y lo mejor de todo, es que Randy salió de la terapia intensiva rapidísimo, en menos de dos días. Él mismo, con el buen humor que lo caracteriza y para callar chismes, soltó la sopa: "Contrario a los rumores recientes, todavía no he estirado la pata. Estoy vivo y bien". ¡Qué agallas! Demostró que hasta los sustos grandes se le resbalan. Dijo que se sentía "mucho más normal, mucho más como yo mismo".

Este episodio fue un "golpe bajo" para su identidad, como él lo describió, porque te hace replantearte quién eres o quién creías ser. Pero también fue una lección. Randy ha mencionado que, además de la sangre espesa y el colesterol, la "deshidratación" pudo haber sido un factor en ese susto cardíaco. Una muestra de que hasta los más duros tienen que cuidar los detalles más pequeños de su salud.

Así que, entre el "piñazo" del coche de carreras y el "chiripazo" del corazón, Randy Couture ha demostrado ser un verdadero "perro de la calle", de esos que por más que los apaleen, se levantan, se sacuden y siguen adelante. Es el vivo ejemplo de que la vida te puede poner pruebas difíciles, te puede "mandar a la lona", pero el verdadero campeonato está en la capacidad de levantarse y seguir peleando, con la frente en alto y el espíritu intacto.

Randy Couture (imagen: tapout.com.pe)

El Espíritu Indomable de un Campeón: Más Allá del Octágono y la Pista

La historia de Randy Couture no es solo la de un atleta de élite; es el relato de un guerrero incansable que, a sus 62 años, sigue buscando nuevos desafíos y no se achica ante la adversidad. "El Natural", como lo conocen, ha sido un pionero en el mundo de las Artes Marciales Mixtas, abriendo brecha para que este deporte se convirtiera en el fenómeno global que es hoy. Su carrera en la UFC fue una verdadera "obra de arte" de tenacidad, estrategia y una fortaleza física y mental fuera de serie.

Pero el retiro del octágono no significó que se echara a la hamaca. Randy se ha metido a la actuación, participando en películas de acción como "Los Indestructibles", donde compartió pantalla con otros "machos alfa" de Hollywood. También ha incursionado como comentarista y analista, prestando su voz y su experiencia a las transmisiones de la Professional Fighters League (PFL). Este vato no se conforma con una sola cosa; le gusta estar en movimiento, aprendiendo y dejando su "huella" por donde pasa.

Su incursión en las carreras de autos, y específicamente en la NHRA, es una prueba más de que la llama de la competencia sigue viva. Para muchos, a su edad, lo "normal" sería bajarle las revoluciones, dedicarse al jardín o a los nietos. Pero Randy Couture es de esos que "rompen el molde". Él busca esa "chispa" que solo te da el desafío, el ponerte a prueba, el sentir la adrenalina correr por las venas, ya sea en un ring o al volante de un coche que parece despegar.

Y es que, como bien lo dijo antes de su accidente en la pista, las carreras son "un animal totalmente diferente". Sentado en las gradas, parece fácil, "como si solo fueran rápido". Pero él sabe que hay mucho más detrás, que se necesita una disciplina similar a la que desarrolló como luchador y artista marcial. Randy es de esos que "le echan galleta" para entender lo que hace, no importa si es un "volante" o un "jab" al rostro.

Los sustos, como el infarto o el reciente accidente automovilístico, solo recalcan que, por más "indestructibles" que parezcan, todos estamos expuestos a los "trancazos" de la vida. Pero la forma en que Randy Couture ha enfrentado estos desafíos, con su entereza y su enfoque en la recuperación, es lo que lo convierte en una inspiración. No se ha quejado, no se ha victimizado; simplemente se ha puesto a "jalar" en su recuperación, como un verdadero campeón que sabe que cada "golpe" te hace más fuerte.

Al final del día, Randy Couture es más que un nombre en los récords deportivos. Es un símbolo de perseverancia, de la importancia de escuchar a tu cuerpo y de la pasión por la vida y la competencia que no se apaga con los años. Aunque la vida le ha puesto "peros" y "golpes bajos", "El Natural" sigue de pie, listo para lo que venga, porque para este "viejo lobo de mar", rendirse no es una opción. Su historia es un recordatorio de que siempre hay una nueva montaña que escalar, un nuevo récord que romper, o simplemente, una nueva batalla que librar, con la misma garra y el mismo corazón que lo han llevado a la cima una y otra vez.

Fuentes de Consulta:

 

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