"¡La neta, la vida es un volado! Ben Askren y su nueva tirada de pulmón: Un campeón que no se raja"

Smart World julio 11, 2025

¡Qué onda, carnales! Aquí andamos echándole ojo a una historia que te saca el nudo de la garganta y te hace pensar que, a veces, la vida te da un revés, pero si le pones garra, ¡puedes salir adelante y con un pulmón nuevecito! ¿Ubican a Ben Askren, el mero mero de las luchitas que le decían "Funky"? Pues fíjense que este cuate, que ya era una leyenda en el octágono, nos acaba de dar una lección de vida que ni en la escuela te la dan. Agárrense, porque esto se pone bueno.

Ben Askren (imagen: mmajunkie.usatoday.com)

Este vato, que antes de que el pulmón le hiciera el feo, ya había batallado un buen rato con la enfermedad, la neta es que su caso fue un chismón que traía a medio mundo con el Jesús en la boca. Desde que se retiró del cotorreo de las artes marciales mixtas, la gente pensaba que ya andaba tranquilo, echando la hueva, pero ¡qué va! Ben tenía un broncón que ni el mejor golpe lo quitaba: una enfermedad pulmonar autoinmune de esas que te van apagando el candil poco a poco. Imagínense, un atleta de alto rendimiento, un toro en el ring, ¡y con los pulmones como si fueran de gelatina! Eso sí que es mala pata.

La neta, la cosa se puso color de hormiga cuando los doctores le dijeron que sus pulmones estaban más dañados que una banqueta después de un temblor. Ya no le daban para más, el aire se le iba como agua entre los dedos y se sentía como si trajera un ladrillo amarrado al pecho. No era para menos, su cuerpo se estaba atacando a sí mismo, ¡qué tranza! Y pues, cuando la cosa ya está hasta el cuello, no hay de otra más que buscar la solución más radical: un trasplante de pulmón. ¡Pum! Como si te cambiaran una llanta ponchada por una nuevecita, pero aquí, la neta, el asunto es más delicado que un cristal en una fiesta de puros borrachos.

Ben, que es un guerrero de nacimiento, no se rajó. A pesar de que el proceso es una pachanga bien pesada, con un chorro de estudios, esperas que te carcomen el alma y una incertidumbre que te pone los pelos de punta, él le entró al toro por los cuernos. La espera para un trasplante es como estar en la fila del banco un viernes de quincena, ¡interminable! Pero el vato, con todo y su desparpajo, le echó ganas. La familia, los amigos, todos echándole porras y pidiendo al santo que le echara la mano para que saliera bien de esta.

Y llegó el día, el día en que la vida le dio una segunda oportunidad, o como diríamos en buen mexicano, "la tiró de a grapa". En el hospital, con el corazón en la mano, se sometió a una operación que te deja como si te hubiera atropellado un camión. La cirugía de trasplante de pulmón no es enchílame otra gorda, es una intervención mayor, con un montón de riesgos y una recuperación que te deja como trapo. Pero ahí va el Ben, con su mentalidad de campeón, dispuesto a rifársela una vez más.

Después de la operación, el chismorreo corrió como pólvora. Los fans, los medios, todos querían saber cómo estaba el "Funky". Y la neta es que el vato, fiel a su estilo, no se guardó nada. Salió a decir que sí, que la había pasado de la patada, que la recuperación es un infierno, que te sientes más débil que un mosco en una telaraña, pero que no se arrepentía de nada. Dijo que cada respiración que daba ahora era como un regalo, un tesoro que antes no valoraba. ¡Qué sabio el vato! A veces, uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde, ¿verdad? Y en este caso, la capacidad de respirar con libertad, es una bendición que muchos damos por sentada.

Ben Askren (imagen: www.bbc.com)

Ben ha estado compartiendo su experiencia en redes, sin pelos en la lengua, como él es. Ha contado que la rehabilitación es un camino empedrado, lleno de dolores, de ejercicios que te sacan el alma y de momentos en los que sientes que ya no puedes más. Pero él, con su humor negro y su actitud de "esto no me va a vencer", le ha puesto el ejemplo a muchos. Ha hablado de las medicinas que tiene que tomar de por vida para que su cuerpo no rechace el nuevo pulmón, y de cómo tiene que cuidarse más que a una joya de la abuela para que todo siga bien.

Y es que la vida después de un trasplante es como empezar de cero, con un instructivo nuevo y con muchas reglas que seguir. Tienes que ser más precavido que un agente de tránsito en quincena, porque cualquier infección o cualquier descuido puede echar por la borda todo el esfuerzo. Pero la neta, Ben Askren, con su actitud de "si me caigo, me levanto y le echo más ganas", está demostrando que se puede salir adelante.

Lo más padre de todo esto es que Ben no solo está pensando en su recuperación, sino que quiere ayudar a otros. Quiere que la gente sepa que la donación de órganos es súper importante, que puede salvar vidas. Dijo que si no fuera por la generosidad de alguien que donó sus órganos, él no estaría contando el cuento. Y la neta, tiene toda la razón. En México, la cultura de la donación todavía está medio rezagada, y es una lástima, porque hay un montón de gente esperando un trasplante que les dé una nueva oportunidad.

Esta historia de Ben Askren nos deja un buen sabor de boca. Nos enseña que hasta los más rudos, los que parecen de acero, pueden pasar por momentos difíciles. Pero también nos demuestra que con valor, con ganas de vivir y con el apoyo de la gente que te quiere, se pueden superar los obstáculos más grandes. Ben, el "Funky", no solo fue un campeón en el ring, ahora es un campeón de la vida, un ejemplo para todos los que creen que cuando las cosas se ponen feas, ya no hay esperanza. ¡Qué va! La vida te da la oportunidad de echarle más ganas, de reinventarte y de demostrar de qué estás hecho.

Así que, mis estimados, si un día se sienten bajoneados o creen que ya no hay salida, acuérdense de Ben Askren, el vato que le ganó la partida a una enfermedad que lo quería dejar sin aire, y que hoy, con su nuevo pulmón, está echando cotorreo y demostrando que la vida, por más que te ponga de cabeza, siempre te da una oportunidad para volver a empezar. ¡Ánimo y a seguirle echando galleta! Porque la neta, la vida es un volado, y Ben Askren nos acaba de dar una lección de cómo se gana en la tirada más importante de todas.

Fuentes de consulta:

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