Machado Garry le pone su buena zarandeada a Carlos Prates y sigue soñando en grande en la UFC

 Carnales, ¿qué creen? El sábado pasado en el UFC Fight Night se armó el verdadero trompo entre Ian Machado Garry y Carlos Prates, y la neta, el irlandés salió más bravo que chile habanero. El morro no solo se llevó la victoria, sino que también mandó un mensaje clarito: “¡Aquí estoy y quiero el título, raza!”. Así que, vámonos despacito porque el chisme está bueno.

Machado Garry (foto: www.mmafighting.com)

Desde que empezó el tiro, se notaba que Machado Garry no venía a ver si podía, venía porque podía y quería. El compa salió afilado como navaja, moviéndose como si tuviera resortes en los pies. Carlos Prates, que tampoco es ningún caído del catre, intentaba encontrarle el ritmo, pero nel pastel: Garry lo trajo como papalote en pleno huracán.

La primera ronda fue como cuando ves a tu compa que apenas le está agarrando la onda a bailar salsa: inseguro, pisando a todos lados. Prates intentó meter presión, lanzando unas patadas y combinaciones pa' medir a Garry. Pero el irlandés se sacó la varita mágica de la estrategia: a pura distancia, rápido de piernas, conectando jabs, moviéndose de lado a lado como si anduviera en patineta.

La banda que estaba viendo la pelea ya andaba gritando “¡Garry, Garry, Garry!” en la arena. Y no era para menos: cada vez que Prates intentaba acercarse, Garry le recetaba una receta de madrazos bien puesta.

Ya en la segunda ronda, el tiro se puso todavía más sabroso. Garry ya le había agarrado la medida al brasileño y cada que Prates intentaba aventarse de frente, el irlandés lo esperaba con un contragolpe que lo dejaba viendo estrellitas. Como quien dice, le estaban dando clases gratis de boxeo defensivo.

Prates, con todo y su estilo aguerrido, no encontraba cómo entrar. Garry ya lo había agarrado de sparring, metiéndole combinaciones y esquivando golpes como si fuera un videojuego en nivel fácil. La neta, ahí fue cuando muchos ya sabíamos que esto ya tenía dueño.

Para el tercer asalto, la cosa era clara: Prates tenía que hacer un milagro o se lo iba a cargar el payaso. Intentó en varias ocasiones soltar la metralla, pero Garry seguía ahí, fresco como lechuga, manejando el ritmo a su antojo. Cada que veía un huequito, ¡pum!, le soltaba un jab o una patada precisa que le sacaba el aire al brasileño.

Machado Garry (foto: www.tapology.com)

Ya cuando sonó la campana final, no había duda en el ambiente: Machado Garry había dado una cátedra de pelea táctica. Ni siquiera tuvieron que pensarlo los jueces, fue una decisión unánime. Y no solo eso, sino que el morro sigue invicto en su carrera, 14-0 para ser exactos. Así que agárrense, porque este cuate viene con todo por el cinturón.

Lo más cabrón de todo es que Garry no solo ganó, sino que dejó claro que puede pelear inteligentemente, no nomás a base de madrazos. El bato supo controlar la distancia, manejar la presión y conectar los golpes en el momento justo. Y eso, compitas, es lo que separa a los buenos de los campeones.

Terminando la pelea, Garry no se anduvo con rodeos. Agarró el micrófono y lanzó el reto: quiere pelear contra los grandes, busca posicionarse entre los mejores de la división welter, y sí, está soñando con la posibilidad de disputar el título próximamente. No anda soñando guajiro, ¿eh? El bato tiene el hambre y el talento para hacerlo.

¿Y qué pedo con Carlos Prates? Pues el brasileño no se rajó, dio batalla hasta el último segundo, pero la neta es que se topó con un hueso más duro de roer. Eso sí, este tipo de peleas le sirve de experiencia y seguramente volverá más bravo para la próxima. En la UFC, perder no es el fin del mundo, es parte del show.

Algo que estuvo muy perro fue ver cómo Garry mantuvo la calma durante toda la pelea. No se dejó llevar por la emoción, no se desesperó, ni quiso buscar el nocaut a lo loco. Fue paciente, calculador, casi casi como si estuviera jugando ajedrez, pero a madrazos. Así, poquito a poquito, se fue ganando cada round, hasta dejar clarito quién mandaba.

Además, el vato mostró que tiene aguante: no se cansó, no se achicó, y todavía terminó la pelea sin andar respirando por las orejas como muchos otros. Se ve que su preparación física está a nivel de los que aspiran a lo grande.

Y bueno, para que no digan que nomás venimos a tirar rollo, aquí les van algunos datos de la pelea:

  • Significant Strikes: Garry conectó 86 golpes significativos contra 47 de Prates.
  • Control del octágono: Garry dominó el espacio casi todo el tiempo.
  • Daño recibido: Prácticamente nada relevante para Garry, mientras que Prates salió con la carita bastante trabajada.

Así que ya saben, mi gente, si no vieron el tiro en vivo, se perdieron de una auténtica clase de cómo se gana una pelea inteligente en la UFC. Ian Machado Garry no solo venció a Carlos Prates, lo desarmó pieza por pieza, con paciencia, precisión y mucho corazón.

Ahora todos nos preguntamos: ¿quién será el próximo que se atreva a subirse al octágono con este irlandés que ya huele a campeón? Porque después de esta madrina, quedó claro que Garry ya no es promesa, sino una amenaza real para cualquiera que se le ponga enfrente.

Fuentes de consulta:

Publicar un comentario

0 Comentarios