Después de estar fuera casi un año, el compa Yair “Pantera” Rodríguez regresa a la jaula con todo el power y las ganas de callar bocas en UFC 314. El evento será este sábado en Miami, y aunque la playa está sabrosa, lo que viene ardiendo es el enfrentamiento que trae al chihuahuense contra nada más y nada menos que Patricio “Pitbull” Freire, el brasileño con alma de bulldog y puños que no perdonan.
Desde que se anunció su regreso, las redes se prendieron. No era para menos, pues Pantera no subía al octágono desde julio del año pasado, cuando cayó ante Alexander Volkanovski. Muchos pensaron que ya se iba a desaparecer del mapa, pero nada de eso. El morro aguantó vara, se preparó como se debe, y ahora regresa a pelear en una cartelera brava, con hambre de victoria y el orgullo mexicano al cien.
Para los que andaban distraídos o apenas conocen al Pantera, les va un poco de contexto. El vato nació en Parral, Chihuahua, pero creció en la capital del estado. Desde morrito mostró tener fuego en los puños, y poco a poco se fue ganando un nombre en el mundo de las artes marciales mixtas. No fue fácil, claro, pero la raza de barrio sabe lo que es rifársela, y él es prueba viviente de eso.
En el UFC, Pantera se ganó a la banda con su estilo impredecible, esos giros locos y patadas que parecen sacadas de una película de Jackie Chan, pero con sangre y sudor real. ¿Se acuerdan de ese KO brutal que le metió a Korean Zombie en el último segundo del round? Esa madre fue una joya. Y desde ahí, Yair se convirtió en uno de los peleadores más entretenidos del roster.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas. En julio de 2023 se enfrentó a Volkanovski por el título interino de peso pluma, y ahí sí le dieron una sacudida. El australiano lo dominó y le apagó las luces, literalmente. Muchos pensaron que sería su última gran pelea, pero Pantera no es de los que se rajan a la primera. Se metió en silencio al gimnasio, sin hacer tanto show, a entrenar como bestia, y ahora regresa con la mira puesta en volver a ser contendiente.
Y sí, el rival que le pusieron no es cualquier don nadie. Se trata de Patricio “Pitbull” Freire, una leyenda en Bellator, multicampeón y con récord de locura. El brasileño es chaparrito pero matón, tiene una pegada criminal y una lucha que parece imán. Para muchos, este tiro es casi un choque de estilos: el brasileño con su técnica dura y experiencia de guerra, contra el mexicano con sus acrobacias letales y corazón de barrio.
UFC 314 es una de esas carteleras que la neta se antojan. No solo por Pantera, sino por el morbo que genera ver cómo se desempeña Freire en su debut dentro del octágono más famoso del planeta. El brasileño viene con el estandarte de Bellator, pero aquí no hay lona suave. Esto es UFC, y los golpes aquí saben diferente.
Otra cosa que pone sabor a la pelea es el lugar: Miami. Ciudad calientita, llena de latinos, y donde seguro habrá muchos mexicanos echando porras. Pantera ya dijo que se siente como en casa cada que pelea en territorio gringo, porque la raza nunca falla. Eso, sumado a su hambre de revancha, lo convierte en una bomba de tiempo que está a punto de explotar.
Lo chido del regreso de Yair es que representa mucho más que una simple pelea. Es una historia de orgullo, de aguante, de poner el nombre de México en alto en un deporte que no perdona errores. Y sí, sabemos que tiene detractores, que dicen que no es consistente, que se lesiona mucho, que desaparece. Pero cuando Pantera se sube al octágono, todos se callan. Porque lo que trae, no se enseña: se nace con eso.
Además, el vato ha evolucionado. Ya no es el chavito loco que lanzaba volados sin mirar. Ahora se le ve más centrado, más estratégico, aunque sin perder esa chispa que lo hace especial. En los entrenamientos se le ha visto más sólido, con buen cardio y enfoque total. Dicen por ahí que un peleador es más peligroso cuando viene de perder y tiene algo que probar. Y si es mexicano, ni se diga.
Otro punto interesante es que si Yair le gana a Pitbull, podría catapultarse de nuevo al top 5 y, con una o dos victorias más, estar otra vez en línea para una pelea titular. Es decir, no solo es un regreso para “verse bien”. Es un paso clave si quiere volver a tocar la gloria.
En cuanto al brasileño, no se queda atrás. El tipo es una máquina. Viene con un currículum de miedo, y aunque esta será su primera pelea en UFC, trae experiencia de sobra. Freire ha enfrentado a lo mejor de Bellator, y aunque muchos dudan si su nivel es “de UFC”, el vato quiere probar que puede competir contra cualquiera. Y qué mejor que hacerlo contra un peleador tan dinámico como Yair.
La comunidad MMA está dividida. Unos dicen que Freire lo va a planchar, que es más técnico y aguanta más. Otros juran que Pantera lo va a volar con una de esas patadas locas que salen de la nada. Lo cierto es que esta pelea promete fuegos artificiales, y no de los que venden en Navidad, sino de esos que te sacan un “¡no mames!” en plena transmisión.
Y si hablamos de legado, Pantera está en ese punto de su carrera donde cada pelea cuenta doble. No solo es ganar por ganar, sino dejar huella. Ser parte de la historia del MMA mexicano, junto a leyendas como Caín Velásquez, Brandon Moreno o Alexa Grasso. Yair tiene el estilo, la actitud y los fans. Solo le falta encadenar victorias importantes para asegurar su lugar entre los grandes.
Por ahora, todo indica que UFC 314 va a ser una joyita. Con Pantera encendido, Pitbull motivado, y la vibra latina reventando las gradas en Miami, el sábado pinta para historia. Habrá sangre, técnica, emoción… y quizá, el renacimiento de un guerrero que nunca dejó de creer.
Fuentes consultadas:
0 Comentarios