¡Qué onda, banda! Agárrense porque la neta esta historia está más enredada que pleito de comadres en lavadero. Resulta que en el mundillo de las artes marciales mixtas, la UFC, el mero mero petatero, don Dana White, ya le puso tache y cruz a un peleador que rifaba un chorro, Francis Ngannou. Sí, ese mismo, el que partía la piñata con un solo golpe. Se le acabó el corrido, y la neta, la bronca va más allá de un simple pleito de oficina. Aquí les va el chismecito completito, con pelos y señales, pa’ que no les quede duda.
El tiro entre el "Depredador" y la "Empresa": ¿Quién es el patrón?
Por un lado, tenemos a Francis Ngannou, un tipo que salió de la pobreza extrema en Camerún, un "depredador" en toda la extensión de la palabra, con una pegada que parecía trueno. El cuate se rifó y llegó a ser campeón de peso completo en la UFC, el cinturón más codiciado. Se ganó a la gente a pulso, con nocauts de película y una historia de vida que inspiraba a cualquiera.
Pero por el otro lado, está Dana White, el que mueve los hilos en la UFC, el mero mole. Para él, la empresa es la empresa, y aquí no hay amigos, solo negocios. Él es el patrón, el que manda, y si alguien no se alinea, pues ¡adiós muy buenas noches! White es de esos que no se anda por las ramas, si no le gusta algo, te lo dice en tu cara, sin pelos en la lengua. Y pues, la neta, la UFC es su gallina de los huevos de oro, y no va a dejar que nadie se la agüe.
La cosa es que Ngannou, ya como campeón, empezó a pedir más lana, a querer mejores tratos, y la neta, a tener más voz y voto en su carrera. Quería boxear, quería más libertad, y eso a Dana White no le latió ni tantito. Para White, los peleadores son como empleados, y si no les gusta cómo se manejan las cosas, pues la puerta está ancha. Y ahí fue donde empezó el forcejeo, la lucha de poder entre el peleador que quería más y el promotor que no suelta la rienda.
El "chismecito" que reventó el cohete: ¡Se armó el zafarrancho!
La bronca no es nueva, eh. Desde hace rato se venía cociendo este caldo de res. Ngannou ya había dejado claro que no estaba conforme con el trato que le daban en la UFC. Decía que no lo valoraban lo suficiente, que no le pagaban lo que merecía, y que le ponían trabas para hacer otras cosas que quería, como boxear. Él quería ser un "gallo" con más alas, no un simple peleador encerrado en una jaula.
Y pues, la cosa se puso color de hormiga cuando a Ngannou se le ocurrió la "genial" idea de salirse de la UFC. Así, como lo oyen. Dejó el cinturón vacante, se aventó al ruedo por su cuenta, y se fue a probar suerte al boxeo, donde le armaron un tiro con el mero mero, Tyson Fury. La neta, aunque perdió, le echó un chorro de ganas y demostró que tenía con qué.
Pero esa movida, la de irse a buscar fortuna por otro lado, no le cayó nada bien a Dana White. Para él, eso fue como una traición, como si un hijo pródigo se le rebelara y se fuera de la casa. White es de los que piensan que la lealtad es primero, y si te vas, pues no hay vuelta de hoja. Él ya lo había dicho: "Si te vas de la UFC, te vas para siempre". Y parece que lo cumplió al pie de la letra.
Dana White: "Aquí no hay vuelta de hoja, carnal"
El caso es que hace poquito, se armó el mitote otra vez. A Dana White le preguntaron si Ngannou podría volver a la UFC, y el cuate no se anduvo con rodeos. Con esa cara de pocos amigos que lo caracteriza, soltó la bomba: "Ya no me interesa. Se fue, y se acabó. Aquí no hay vuelta de hoja, carnal". ¡Pum! Como cubetazo de agua fría.
La neta, las palabras de White son más claras que el agua de manantial. Dijo que Ngannou tomó la decisión de irse, y que él respeta esa decisión. Pero que así como él respeta la decisión de Ngannou, Ngannou tiene que respetar la decisión de la UFC de no dejarlo volver. Y pa’ que no quede duda, remató diciendo que su empresa es de "puertas cerradas" para los que se van y luego quieren regresar con el rabo entre las patas.
Incluso, White respaldó a otro peleador, Jon Jones, quien es el actual campeón de peso completo. Dijo que Jones es el "gallo" de la división y que se va a enfrentar al que tenga que enfrentarse, sea quien sea. Esto es una señal clara de que ya le dio la vuelta a la página y que el capítulo de Ngannou en la UFC está más que cerrado.
La verdad detrás del "portazo": Negocios son negocios, y punto.
A ver, seamos honestos. La decisión de Dana White no es solo por despecho o por orgullo herido. Aquí hay lana de por medio, y mucha. La UFC es un negocio multimillonario, y White es el cerebro detrás de todo. Él sabe que si le abre las puertas a Ngannou después de que se fue y lo dejó tirado, pues la neta, los demás peleadores podrían pensar que pueden hacer lo mismo. Y eso, para el negocio, sería un desmadre.
Además, White no es tonto. Sabe que si Ngannou regresara, exigiría un dineral, y a lo mejor hasta querría más poder. Y eso, pues la neta, no le conviene. Para él, es mejor tener a peleadores que estén contentos con lo que les ofrece la empresa, y que no le anden pidiendo peras al olmo.
Y no solo eso, también hay un tema de "prestigio" y "autoridad". Si Dana White se echa para atrás y deja que Ngannou regrese, pues la neta, su autoridad se iría por el caño. Él es el que manda, el que toma las decisiones, y si se le doblan las rodillas, pues ya no sería el "patrón". Por eso, su postura es firme, inquebrantable, como una roca.
¿Qué sigue para Ngannou? ¿Se le acabó la chamba en las grandes ligas?
Pues la neta, la cosa se puso fea para Ngannou en el terreno de las artes marciales mixtas. Con la puerta de la UFC cerrada con siete candados, no le queda de otra que buscarle por otro lado. Ya se aventó al boxeo, y la neta, aunque no ganó, dejó una buena impresión. A lo mejor le sale otro tiro por ahí, quién sabe.
Pero en la UFC, su historia ya está escrita. Se fue, y no hay regreso. Es una lección para todos los peleadores que piensan que pueden hacer lo que quieran y luego volver como si nada. En el mundo de Dana White, las reglas son claras, y si las rompes, pagas las consecuencias.
Ahora, Ngannou tendrá que seguir su camino fuera del octágono más famoso del mundo. A lo mejor se va a otras ligas más pequeñas, o se dedica de lleno al boxeo. Lo que es un hecho es que ya no veremos a "El Depredador" rompiéndole la cara a los contrarios en la UFC. Y eso, para muchos fans, es una lástima. Pero así es el negocio, banda. Unos suben, otros bajan, y el show debe continuar.
Reflexión final: El "jefe" es el que parte el queso
En resumen, la historia de Francis Ngannou y Dana White es un claro ejemplo de lo que pasa cuando un empleado le quiere jugar al vivo con el patrón. En el mundo de los negocios, y más en un negocio tan competitivo como el de las artes marciales mixtas, el que tiene la sartén por el mango es el que manda. Y en este caso, el que la tiene bien agarrada es Dana White.
Ngannou buscó más lana, más libertad, y a lo mejor hasta más "protagonismo". Pero en el camino, se topó con una pared llamada Dana White, que no le gustan los desafíos a su autoridad. El resultado es que Ngannou se quedó sin el plato fuerte, sin el escenario grande, y ahora le toca buscarle por otro lado.
Así que ya saben, banda, en este relajo de la UFC, el que manda es el que reparte el queso. Y si no te gusta cómo lo reparte, pues la neta, te vas con tu música a otra parte. Y a veces, hasta se te cierra la puerta para siempre. Así de crudo es el negocio, así de directas son las palabras de Dana White. Y la neta, esta historia nos deja claro que en la selva de las peleas, no solo los puños valen, también valen los billetes y el que tiene el control. ¡Ahí se ven!
Fuentes de consulta:
- MARCA. (2025, 9 de junio). Dana White dice que el retorno de Francis Ngannou a UFC es imposible. Recuperado de
https://www.marca.com/combates-ufc/2025/06/09/dana-white-dice-retorno-francis-ngannou-ufc.html - MSN. (sin fecha). Dana White respalda pelea entre Jones y Aspinall y cierra la puerta a Ngannou. Recuperado de
https://www.msn.com/es-us/deportes/other/dana-white-respalda-pelea-entre-jones-y-aspinall-y-cierra-la-puerta-a-ngannou/ar-AA1GkuIl
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