Ilia Topuria: El peleador que se está poniendo bien mamado para romperla en la UFC

Mira, si hablamos de tipos que están reventando la escena de las artes marciales mixtas, el nombre de Ilia Topuria ya es de esos que no se dicen bajito. Este cuate, con sangre georgiana y corazón español, está dejando huella en la UFC como si estuviera rayando una navaja sobre piedra. Pero no es sólo por cómo reparte madrazos —que también, eh—, sino porque últimamente trae un cambio físico que hasta el más mamado del gym se queda viendo con cara de “¡órale!”.

Ilia Topuria (imagen: www.que.es)

No es puro cuento ni Photoshop, el vato de verdad se está transformando. Y no estamos hablando nomás de un par de abdominales marcados, no, no. Se le nota que está entrenando con saña, con hambre, como si cada sesión fuera una guerra. El güey se está preparando para brincar al peso ligero, y no es cualquier cosa. Eso implica ajustar la máquina —su cuerpo— para aguantar más madrazos, moverse más rápido y tener la gasolina para aguantar cinco rounds al mil por hora.

Los medios se lo están tragando con todo. Tanto en MSN como en Infobae están publicando fotos que parecen sacadas de una portada de revista fitness. Lo ves ahí, con el torso marcado, los brazos como tubos de escape y esa cara de “nomás estoy esperando a que suene la campana”. Es una declaración visual: Topuria no sólo va por la victoria, va por el cinturón.

Y lo más cabrón del asunto es que no lo hace como muchos que suben de peso y se inflan nomás con proteína y descanso. No, este cuate está más bien afilándose como cuchillo de carnicero. Subió de peso, sí, pero no se ve lento ni tosco. Al contrario, parece que encontró el equilibrio perfecto entre fuerza y velocidad, como si hubiera descifrado un truco que nadie más ve.

En su campamento actual, se nota que no están dejando nada al azar. Si le echas un ojo a las publicaciones, se ven entrenamientos duros, técnicas afinadas, y sobre todo una disciplina que parece militar. Porque esa es la diferencia entre un peleador promedio y uno que puede llegar a leyenda: el hambre. Y Topuria tiene de sobra.

Ahora, hablar de este salto de categoría es hablar también de estrategia. No es solo cargar más músculo. Es cambiar la forma en la que se mueve, la forma en la que respira durante el combate. El peso ligero está lleno de bestias. Ahí no hay lugar para errores. Cada segundo cuenta, cada golpe puede cambiar todo. Pero lo que se ve es que Ilia no sólo está preparado físicamente; mentalmente también anda filoso.

Otra cosa que llama la atención es el apoyo que está recibiendo. En España ya lo están viendo como uno de los grandes del deporte. Y no es para menos. En un país donde el fútbol acapara todos los reflectores, que un peleador de MMA se meta en la conversación ya es decir mucho. El morbo, la emoción y la expectativa que genera Topuria cada que se menciona su nombre, eso no lo compras con publicidad. Eso lo ganas a putazos, literal.

Y no es que se la esté llevando leve. Si algo ha mostrado Topuria es que no se raja. En cada pelea, desde su debut, ha salido como toro en brama. Se le nota que disfruta del peligro, que no le corre al frente. Eso, combinado con su nueva forma física, es dinamita pura.

Ilia Topuria (foto: www.abc.es)

Hay quienes dicen que un peleador cambia al subir de peso. Algunos pierden velocidad, otros ganan poder pero se fatigan antes. Pero lo que estamos viendo en Ilia es algo raro, de esos casos donde el cambio de categoría puede ser el impulso que lo lleve al siguiente nivel. Y en un deporte donde el margen entre la gloria y la derrota es tan delgadito como un hilo de pescar, esa ventaja puede ser todo.

Por eso, lo que viene para Topuria no es cualquier cosa. Es la verdadera prueba. Porque ahora sí va contra monstruos más grandes, contra rivales con experiencia en ese terreno. Pero, viendo cómo se está preparando, más de uno debe estar pensando en lo incómodo que va a ser tenerlo enfrente.

Y eso sin mencionar que Topuria, además de todo, es invicto. Sí, papá. No ha perdido ni una. Cada que entra al octágono, sale como el mero mero. Eso pesa. Porque no sólo es la presión del público o del rival, es la presión de mantener esa racha, de seguir siendo intocable. Y si algo está dejando claro este cambio físico es que está listo para seguir defendiendo su trono.

También hay que hablar del estilo. No es un peleador que aburra. Nada de andar corriendo por el ring o ganando puntos con golpecitos. No. Él va con todo, a buscar la finalización. Es de esos que huelen sangre y se lanzan como tiburón. Por eso conecta con la banda. Porque cuando pelea, sabes que vas a ver acción, chingadazos, técnica y corazón.

En pocas palabras, lo de Ilia Topuria no es casualidad. Es resultado de disciplina, de enfoque y de una mentalidad que no todos tienen. Y si sigue con ese paso, con esa hambre y con ese físico de superhéroe moderno, es muy probable que lo veamos levantar el cinturón en su nueva categoría.

Así que, si todavía no lo conoces, te estás perdiendo de uno de los peleadores más prometedores del momento. No lo pierdas de vista. Porque Ilia no solo pelea… Ilia va con todo, y parece que nadie lo puede parar.


Fuentes de consulta:

 

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