Márquez y Chávez Jr: Cuando la leyenda se topa con el “Junior”

 Mira, si hay algo que duele en el corazón del mexicano aficionado al box, es ver cómo se desinfla la figura de alguien que lleva el apellido más pesado de nuestro pugilismo. Sí, hablamos de Julio César Chávez Jr., el hijo del gran campeón, ese que dejó todo arriba del ring… y el otro, que parece que nomás sube para cobrar.

Juan Manuel Marquez (foto: www.reforma.com)

Y claro, ¿quién si no Juan Manuel “Dinamita” Márquez, con toda su jerarquía, iba a salir a ponerle el dedo en la llaga? Porque cuando habla Márquez, no es nomás aire, es un tipo que se partió el alma contra los mejores del mundo. Así que cuando él dice que si Chávez Jr. pierde con Jake Paul sería “un desastre para el boxeo mexicano”, pues se siente como cachetada con guante blanco… y sin guante también.

La neta, nadie entiende bien cómo llegamos aquí: Jake Paul, un youtuber que empezó haciendo bromas pesadas y videítos virales, ahora es una amenaza seria para un ex campeón mundial como Chávez Jr. Pero así están las cosas. El mundo del boxeo, como muchas cosas, se ha vuelto espectáculo antes que deporte.

Y no es que esté mal, eh. El show vende. Pero lo que arde es que ese show se arme a costa de una historia, de un apellido que debería estar lleno de gloria, y no de memes.

Márquez lo dijo sin pelos en la lengua: 

Sería un desastre que pierda con Jake Paul. Imagínate lo que se diría del boxeo mexicano. Ya de por sí estamos viendo cómo se burlan de nosotros, ahora perder con un influencer sería lo último.

Y sí, viejo. Tiene razón. No porque Jake Paul no tenga méritos —que sí los tiene, el morro entrena y se toma esto en serio—, sino porque Chávez Jr. viene arrastrando la cobija desde hace rato. Y no hablo nomás de derrotas, sino de desinterés, de actitud, de parecer que le da hueva entrenar.

Todos recuerdan la vez que peleó contra Anderson Silva, ese de la UFC, y terminó siendo exhibido como amateur. O cuando en sus últimas peleas, nomás no se le ve ni la chispa, ni la fuerza, ni las ganas. ¿El talento? Tal vez lo tuvo. Pero sin disciplina, el talento no sirve ni pa' sacar las bolsas del mandado.

Juan Manuel Márquez, en cambio, siempre fue sinónimo de preparación, de entrega. Por eso, cuando critica a Chávez Jr., no lo hace por envidia ni por mala leche. Lo hace porque le duele el boxeo, porque sabe lo que representa. Márquez no es solo un ídolo, es uno de los más grandes técnicos del ring, y su voz pesa más que una tonelada de golpes.

Y ojo, Márquez no dijo que Jake Paul sea un cualquiera. Dijo algo bien claro: 

Jake Paul entrena, se dedica, ha hecho buenas peleas. Pero no es boxeador de nacimiento. No tiene las tablas que debería tener un peleador profesional.

O sea, lo reconoce, pero también deja claro que perder con él sería un ridículo tremendo. Y lo es. No es tanto por Jake, es por lo que representa. Un influencer convertido en boxeador. Una especie de realidad alterna donde lo viral pesa más que el récord profesional.

Juan Manuel Marquez (foto: www.skysports.com)

Ahora bien, hablemos claro: ¿quién tiene más que perder en esa pelea? Pues Chávez Jr., sin duda. Porque Jake Paul, gane o pierda, seguirá llenando arenas y vendiendo pay-per-views. Pero Chávez Jr., si pierde otra vez, y encima contra un exyoutuber, se va a quedar sin credibilidad. Ya pocos lo toman en serio, y esto podría ser el último clavo en el ataúd.

La neta, hay quien dice que ya ni le deberían dar licencia para pelear. Que lo haga por gusto, por feria, o por seguir colgado del apellido de su papá, pero ya no representa al boxeo mexicano de verdad.

Mientras tanto, la voz de Márquez retumba como eco de una vieja escuela que ya casi se nos fue. La de los verdaderos guerreros, de los que se mataban en la báscula y luego en el ring, de los que entrenaban en silencio y hablaban con puños. Márquez, que enfrentó a Manny Pacquiao como un valiente y lo noqueó como un dios, hoy es un faro en medio del desmadre que es el boxeo actual.

¿Y Chávez Jr.? Pues sigue ahí, en medio del show, con más pena que gloria. Dicen que esta pelea contra Jake Paul podría ser su redención… pero siendo honestos, ¿quién se lo cree?

Hay que decirlo como es: Márquez no odia a Chávez Jr. Lo que odia es ver cómo se ensucia algo tan serio como el box. Lo que molesta es ver cómo las nuevas generaciones creen que boxear es subir, pegar un par de jabs y cobrar el cheque. Márquez, como buen purista, siente que el ring se respeta, y por eso lanza sus dardos con razón.

El boxeo mexicano ha dado leyendas, pero también tiene sus caídas. Esta, si se concreta y sale mal, podría ser una de las más dolorosas. Porque no es perder una pelea… es perder el respeto.

Así que ya veremos qué pasa. Pero Márquez ya soltó la advertencia. Chávez Jr. tiene dos opciones: o se toma esto como lo que es —una última llamada para salvar algo de dignidad— o se confirma como lo que muchos ya temen: un boxeador que nunca fue.


Fuentes consultadas

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