La vida da vueltas bien culeras, y si no que le pregunten a Caín Velásquez. El que fuera una vez el mero mero en la UFC, el hombre que partía madres en el octágono con esa cara seria de “no estoy jugando”, ahora está encerrado en el bote, sentenciado a cinco años tras las rejas. ¿El motivo? Una historia que parece sacada de una peli de venganza, pero que terminó con una sentencia de verdad y sin final feliz.
Todo empezó en febrero del 2022, cuando el excampeón peso pesado se enteró de algo que cualquier padre temería escuchar: su hijo, un niño pequeño, habría sido víctima de abuso sexual. Y no fue un rumor, no fue chisme; según las autoridades, el presunto agresor era Harry Goularte, un tipo que trabajaba en una guardería donde el niño de Caín pasaba tiempo.
Y aquí es donde la historia se pone bien turbia.
Resulta que Goularte fue detenido, pero después lo soltaron como si nada, bajo libertad condicional. Eso, claramente, encendió la furia de Velásquez, quien tomó justicia por su propia mano. El peleador decidió seguir al supuesto abusador por las calles de San José, California. Y no solo lo siguió, también lo encaró… y le disparó.
Pero en vez de darle al blanco, terminó hiriendo a Paul Bender, el padrastro de Goularte. Un tiro que le dio en el brazo y el torso, lo cual cambió toda la jugada. Porque ahí, la cosa pasó de una bronca personal a una situación legal seria: intento de homicidio, uso de arma de fuego y un chingo de cargos más que le soltaron las autoridades gringas.
Desde entonces, la historia de Caín cambió radicalmente.
Lo que vino después fue una mezcla de drama legal, apoyo de fans, y un juicio que se alargó más de lo que cualquiera esperaba. En marzo de 2025, finalmente, la corte de Santa Clara dictó sentencia: cinco años de prisión y otros cuatro en libertad condicional. Nada de cadena perpetua, pero tampoco salió limpio. Esos cinco años pesan, sobre todo para alguien que pasó su vida entrenando como guerrero y no como criminal.
Ahora, hay que decirlo: Caín no estaba solo. Durante todo este proceso, una bola de figuras del deporte, la lucha y la UFC se le fueron encima al sistema legal estadounidense, cuestionando cómo carajos un padre protector termina en la cárcel, mientras que un presunto agresor de menores anda libre, haciendo su vida.
Daniel Cormier, su compa de entrenamiento, lo defendió con todo. Lo mismo hicieron otros luchadores y hasta comentaristas deportivos. Las redes se llenaron de mensajes como “Free Caín” y hasta se armó merch con su cara. Pero por más ruido que se hizo, la ley fue dura, y no hubo forma de salvarlo del castigo.
El juez reconoció que la historia era trágica, pero también dijo que nadie puede ir por la vida jugando a ser el vengador, porque eso desmadra el orden social. Y pues sí, aunque uno pueda entender la rabia de Caín, la neta es que meterle un plomazo a alguien (aunque a mi parecer sea justificado ), trae consecuencias.
En todo caso, esta historia se convirtió en un espejo de muchos temas pesados: justicia fallida, abuso infantil, violencia, desesperación y una sociedad que a veces no protege a quien debe proteger. También nos recuerda que incluso los más fuertes, los campeones, los ídolos, pueden quebrarse y actuar por impulso.
Y claro, en todo esto, los medios se pusieron las pilas. El País, por ejemplo, fue muy directo en su cobertura. Detallaron todo el proceso legal, el juicio, los cargos y el contexto emocional. El Financiero, más orientado al impacto mediático en el deporte, habló de cómo esto afectará la carrera del peleador y su imagen pública. Y MedioTiempo no se quedó atrás, aportando datos precisos del juicio, las fechas clave y los antecedentes.
En conjunto, pintaron el retrato completo de un hombre que lo tuvo todo y lo perdió por actuar desde la entraña.
Hoy, Caín Velásquez cumple su condena en una prisión del estado. No se sabe si volverá al octágono, o si intentará rehacer su vida en otra dirección. Lo que sí es cierto es que su historia ya está marcada para siempre. Pasó de ser leyenda del combate a protagonista de uno de los casos judiciales más polémicos de los últimos años en el mundo del deporte.
Y así, entre la furia, la tristeza, la impotencia y la ley, quedó encerrado no solo Caín, sino también un debate bien cabrón sobre qué se considera justicia, y quién merece realmente estar tras las rejas.
Fuentes consultadas:
- El País: “Sentenciado a cinco años de cárcel el excampeón de la UFC Caín Velásquez” (https://elpais.com/us/2025-03-25/sentenciado-a-cinco-anos-de-carcel-el-excampeon-de-la-ufc-cain-velasquez.html)
- El Financiero: “Caín Velásquez sentenciado a 5 años de prisión: ¿qué pasó con el luchador de UFC?” (https://www.elfinanciero.com.mx/deportes/2025/03/25/cain-velasquez-sentenciado-a-5-anos-de-prision-que-paso-con-el-luchador-de-ufc/)
- MedioTiempo: “Caín Velásquez recibe sentencia por intento de homicidio” (https://www.mediotiempo.com/mas-deportes/ufc/cain-velasquez-recibe-sentencia-homicidio-prision)
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